Conocida por ser la sede de la Academia Sueca, que cada año decide a los galardonados con los premios Nobel, y, más recientemente, por ser el escenario en el que se desarrollan las novelas de la trilogía Millemiun, de Stieg Larsson, hace 25 años, Suecia, y concretamente su capital, Estocolmo, dejaba de ser ese tranquilo lugar al norte de Europa que ubicamos en el imaginario colectivo para saltar a la primera página de la prensa de todo el mundo tras el asesinato de su primer ministro, Olof Palme.

El compromiso de Palme también se extendió al pueblo palestino, defendiendo su derecho de autodeterminación, y con la problemática de los países del Tercer Mundo.
En política interna practicó la llamada "democracia social" como máxima expresión del Estado del Bienestar: alta presión fiscal y fuerte protección social, lo que situó a Suecia entre los países más ricos del mundo
El primer ministro fue tiroteado por un desconocido mientras paseaba en compañía de su esposa tras salir del cine. Hoy el hecho sigue sin estar resuelto, después de que en 1988 , dos años después de los hechos, un alcohólico y toxicómano compatriota suyo fuese detenido por, supuestamente, tener relación con el caso, pero posteriormente fuese absuelto por falta de pruebas.
Para evitar que el crimen prescribiera, algo que hubiera sucedido este año, el Parlamento introdujo una reforma en la legislación. De modo que el caso continúa abierto, aunque, aparentemente, no se vislumbre su resolución.